En abril, habrá plebiscito en Chile para cambiar Constitución de Pinochet

El Congreso chileno llegó a un histórico acuerdo en la madrugada de este viernes para convocar en abril de 2020 un plebiscito por una nueva Constitución que sustituya la vigente desde la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), tras casi un mes de protestas. Es una respuesta de la política con mayúscula, que piensa en Chile y que también se hace cargo y asume su responsabilidad", afirmó el presidente del Senado, Jaime Quintana, miembro del opositor Partido por la Democracia (centroizquierda), flanqueado por los dirigentes de las principales formaciones políticas del país, a excepción del Partido Comunista, en una conferencia de prensa de madrugada en una de las sedes del Congreso en Santiago. Después de horas de intensas negociaciones, los principales partidos de la oposición y la coalición del gobierno del derechista Sebastián Piñera firmaron un "Acuerdo por la paz y la nueva Constitución", en el que se comprometieron a aprobar un llamado a plebiscito. En virtud de este acuerdo, necesario para modificar la actual carta magna, que no permite llamar a plebiscito para estos fines, Quintana explicó se impulsará la realización de una consulta en el mes de abril de 2020 que resuelva dos preguntas:  Si se quiere o no una nueva Constitución  Qué tipo de órgano debiera redactar esa nueva Constitución: una "comisión mixta constitucional", una "convención constitucional" o Asamblea constituyente. La convención mixta constitucional, defendida por los partidos de la coalición de gobierno derechista, será integrada en partes iguales por miembros elegidos para este efecto y parlamentarios en ejercicio, mientras que en la "convención constitucional", promovida por los partidos de la oposición, todos sus integrantes serán elegidos específicamente para esta ocasión. Si el proyecto es aprobado en plebiscito, la elección de los miembros de una u otra instancia se realizará en octubre de 2020, coincidiendo con las elecciones regionales y municipales bajo sufragio universal y se hará con voto voluntario.  Pero la ratificación de la nueva Constitución se realizará con sufragio universal y voto obligatorio. Nosotros estamos contentos de haber podido contribuir a aprobar un acuerdo que derrote la violencia", afirmó Jacqueline van Rysselberghe, presidenta de la ultraconservadora Unión Demócrata Independiente (UDI), el principal partido de la coalición de partidos del gobierno de Sebastián Piñera. La gente fue capaz de mover las barreras de la política, de mover las barreras de lo posible. Sí podemos soñar con una Asamblea constituyente", Catalina Pérez, presidenta de Revolución Democrática (izquierda radical). - Muerte de la Constitución de la dictadura - El acuerdo se aprobó en un Congreso en que ninguna de las fuerzas políticas contaba con los dos tercios necesarios para cualquier modificación sustantiva de la Constitución. La carta magna había tenido algunas modificaciones, pero jamás había prosperado ninguna iniciativa para cambiarla en casi 30 años de democracia. Muere la Constitución de la dictadura y nace una en democracia", celebró el senador progresista y excanciller Heraldo Muñoz. La Constitución de Pinochet se situaba en primera línea de las críticas de los chilenos, que pidieron en las calles mayor participación en la toma de decisiones y reformas sociales en sectores claves como la educación, la salud, pensiones y educación. Aprobada en 1980 en un cuestionado plebiscito, la dictadura la diseñó como un traje a su medida para que su influencia y la de los sectores conservadores pudieran mantenerse incluso tras el retorno de la democracia, en 1990. En 2005, tras un gran acuerdo político, en el que incluso de retiró de la carta fundamental la firma del exdictador, se eliminaron los principios más antidemocráticos, como permitir el despido de jefes militares y se eliminaron los senadores designados y vitalicios. Durante el anterior gobierno de la socialista Michelle Bachelet (2014-2018) se propuso un cambio constitucional, pero éste no recibió el apoyo de la ciudadanía. 

¿Por qué la Constitución de Chile redactada en dictadura sigue vigente?

Con la decisión de convocar un referéndum sobre la redacción de una Constitución, una de las principales reivindicaciones de los manifestantes de este último mes, Chile parece decidido a pasar página a la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990). ¿Por qué la Constitución redactada en plena dictadura, en 1980, sigue vigente? La Constitución de Chile fue aprobada el 11 de septiembre de 1980 en un polémico plebiscito durante el régimen militar. Su ideólogo fue el profesor de derecho y senador de extrema derecha Jaime Guzmán, asesinado en 1991 por un comando de extrema izquierda. El texto fundamental se redactó a la medida de los sectores más conservadores de la sociedad para que permanecieran en el poder, incluso después del fin de la dictadura. El texto incluía quórum muy altos para cualquier cambio sustancial de la Constitución. La Constitución de Chile tenía que redactarse de tal forma que "si llegan a gobernar nuestros adversarios, se vean constreñidos a seguir una acción no tan distinta a la que uno mismo anhelaría", explicó en su momento Guzmán, fundador de la Unión Demócrata Independiente (UDI), partido de la derecha conservadora. A pesar de la transición política, Augusto Pinochet (1915-2006) no abandonó la política realmente hasta diez años después del final del régimen militar. Siguió siendo comandante en jefe del ejército hasta 1998 y senador hasta 2001. ¿Cuáles son las principales modificaciones hechas desde 1990? Desde la década de los 90, la Constitución de Chile fue enmendada una decena de veces. Tras la reforma de 2005, que fulminó los principios más antidemocráticos, se puede despedir a jefes militares sin consulta previa al Consejo Nacional de Seguridad, un organismo que tuvo gran peso durante la dictadura, y no hay senadores vitalicios. Esta reforma fundamental se produjo bajo el mandato del presidente de centroizquierda Ricardo Lagos (2000-2006), luego de alcanzar un importante acuerdo político. La presidenta socialista Michelle Bachelet, en su segundo mandato (2014-2018), sometió a votación un cambio del sistema electoral que reemplazó la elección binominal por un sistema proporcional moderado que garantiza una representación más amplia de las fuerzas políticas. Por otro lado, la Constitución chilena no establece que deban ser privadas la salud, la educación ni el sistema de pensiones, que son los tres pilares de las reivindicaciones de los manifestantes en las calles. En la actual admiración del presidente Sebastián Piñera, ha tenido que abrirse a un eventual cambio constitucional que podría afectar los intereses económicos de su electorado, particularmente en sectores, en gran parte privatizados, como la salud y la educación.