Pasa de jugador de rugby a limpiador voluntario en hospital; ve su historia

Desde hace días, Bakary Meité ha pasado de la discreción como jugador de un club de la segunda división del rugby francés a atraer la atención de los grandes medios del país. El motivo, su labor como voluntario en labores de mantenimiento en un hospital parisino por la situación que se vive por el COVID-19. En plena pandemia del nuevo coronavirus, este tercera línea del Carcasona ha dejado el balón ovalado y ayuda en la desinfección y limpieza de un centro hospitalario. Mi acción ha sido destacada en la prensa, pero es el personal que trabaja todos los días en los hospitales el que debe ser aplaudido: los médicos, el personal de enfermería, la gente que limpia. Esa gente con la que trabajo ahora y que seguirá ahí cuando yo me haya ido", explica este rugbier profesional. Su historia de colaboración en el hospital comenzó a finales de marzo. Bakary Meité había regresado de unas vacaciones en Brasil y se encontró confinado con su familia en la periferia de París. El cuñado de mi hermana trabaja para una empresa de limpieza contratada por el hospital Sainte-Perine (en el distrito XVI de la capital francesa). Llamó a mi hermana porque buscaban a alguien y mi sobrino se ofreció espontáneamente. Yo seguí sus pasos", cuenta. De esta forma, este exjugador del Stade Français, uno de los principales clubes de rugby de Francia, se dedica estos días a "limpiar las rampas, los botones de ascensor, los picaportes de las puertas". "Hay mucha superficie, es duro, pero no es nada comparado con el trabajo que hace la gente en el hospital", relata. Una entrevista con la emisora RMC catapultó a este tercera línea a la primera de los deportistas en lucha contra el COVID-19. "Me encontré en el informativo de las 20:00 horas locales de France 2", cuenta, aludiendo con perplejidad a que fue solicitado incluso por el programa estrella de noticias de la televisión pública francesa para contar su labor como voluntario.

Bakary Meité quiere ser un ciudadano comprometido

Este coloso franco-marfileño, barbudo, no tiene fácil pasar desapercibido. Armado con un cubo, unas esponjas y productos de limpieza, su misión es desinfectar todo lo mejor posible para reducir las posibilidades de propagación del coronavirus dentro del hospital. Su carrera como jugador está tocando a su final. Le queda un año de contrato y después quiere ser entrenador. Pero sea lo que sea lo que le depare el futuro, Bakary Meité quiere seguir siendo un ciudadano comprometido con la sociedad en la que vive.